Júpiter desde el Observatorio Principia

Júpiter desde el Observatorio Principia

El pasado día 17, se volvió a realizar una serie de fotografías de Júpiter desde el observatorio Principia. El planeta ya se aleja. Además, las condiciones atmosféricas no eran las mejores, y la turbulencia era notable. Para tratar de conseguir alguna imagen aprovechable, se empleó menor grado de aumento que en sesiones anteriores. El resultado se puede ver a continuación. En una de las imágenes (R)RGB, el canal R se ha empleado como luminancia para tratar de mejorar el detalle visible.

Uno de los objetivos de la noche fue comprobar si dentro del observatorio la imagen empeoraba por la turbulencia que pudiera generarse en la cúpula. Para ello, se utilizó un segundo tubo LX200 de 10″, el de la agrupación Sirio, que es del mismo modelo que el del observatorio. Los resultados mostraron una calidad en la imagen de cada fotograma (canal R) sensiblemente peor en los videos realizados fuera de la cúpula.

Esa noche hacía algo de viento, y la montura del telescopio exterior estaba muy cerca de su límite, con lo que la imagen trepidaba bastante más y era muy difícil mantenerla dentro del campo de visión. Aun así, era el grado de nitidez en sí de cada fotograma, y no sólo su deformación y movimiento, lo que más parecía perjudicar la imagen. Es muy probable que, en las mismas condiciones y al mismo tiempo, el telescopio de la agrupación muestre menos rendimiento que el del observatorio, ya que su uso a que ha sido sometido a lo largo de los últimos diez años ha sido muy intensivo. Además, las condiciones meteorológicas empeoraron desde la toma en el interior a la exterior, entre las que pasaron unos 45 minutos, ya que sólo había una cámara disponible. Esto se confirmó cuando, al regresar a la cúpula, la segunda toma fue claramente peor que la primera.

Una conclusión inesperada que sí pudo sacarse durante la noche gracias a la farola que tiene el observatorio en frente, es que la inmensa mayoría de las motas de polvo que aparecen en los vídeos se localizan en el vidrio que cubre el sensor de la cámara, y no en el resto del sistema óptico. Ahora sólo queda averiguar un método fiable y seguro para eliminarlas de allí.

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