Herramientas para iniciarse

Herramientas para iniciarse


Una buena noche de observación, requiere de: Un buen mapa celeste, previendo y planificando qué objetos celestes se podrán avistar. Si se puede uno proveer de un par de binoculares… , ¡Bienvenidos sean!!. Nos serán muy útiles para hacer un barrido preliminar del cielo. Una pequeña linternita roja, o, como en éste caso, a la derecha de la fotografía, un simple "ojo de gato", de los que usamos en las bicicletas; en el mismo ángulo a la izquierda, una linternita roja "llavero", que venden las casas especializadas en artículos para Astronomía. No debemos olvidar llevar un pequeño cuaderno y lápiz para hacer nuestras anotaciones, es necesario documentar todo aquello que observamos, tanto así como las condiciones en las que lo hacemos. Si no podemos hacernos de una carta celeste móvil como la que observamos en la fotografía superior, es recomendable para aquellos que pueden adquirirlo, llevar la práctica y muy completa "Guía de Campo de las estrellas y los planetas de los hemisferios norte y sur" de Jay M. Pasachoff-Donald H. Menzel, es de gran utilidad, trae cartas muy completas, aunque a decir verdad, hubiera preferido que los autores las realizaran con fondo blanco, los datos se pierden en el fondo negro que han elegido, sobre todo cuando queremos utilizarlas en una salida nocturna. La otra solución, es un software free para aquellos que no poseen ninguno, prepararse las cartas de observación eligiendo hora, fecha, latitud y longitud en la que nos encontraremos, observando hacia los diferentes puntos que tengamos pensado dirigir nuestros ojos o instrumentos adicionales, luego las imprimimos en fondo tipo carta (blanco y negro) las encarpetamos…, y listos para salir!

  Para aquellos que no tienen un telescopio, mucho es lo que pueden hacer con unos prismáticos, se asombrarán cuando los dirijan al cielo, cuántos cúmulos y nebulosas pueden ver con unos simples 7X35 (los más pequeños en la foto superior), livianos y prácticos. Si tienen unos 7×50, son los que la mayoría usa como accesorio aún cuando tienen un buen telescopio. Los otros que se pueden ver en la fotografía, son unos Celestron 9×63, muy buenos para astronomía, aunque mi experiencia personal me indica que cuando quiero ver algo muy puntual, tengo que usarlos sobre un trípode, claro que si no lo poseen, un secador de piso de los que usamos en el hogar, los damos vuelta, apoyando la punta del palo en el piso, y sobre el nos podemos apoyar con ambas manos para sostener los binoculares, asentando los mismos sobre el borde  mismo, eso nos dará el apoyo suficiente, sencillo, pero eficiente para salvar la circunstancia. 

  Abrigos, termos con bebidas, silla plegable, son otros elementos que harán de una larga noche de observación, un acto placentero para el espíritu y el cuerpo.

  En la sección "Consejos útiles" encontrarán datos suplementarios que ayudarán completando una pequeña guía para observadores que se inician en este maravilloso mundo de la astronomía observacional.

Consejos útiles para el aficionado que se inicia

  No se debe apuntar al Sol con el instrumento ( sea este telescopio o binoculares ), ni observar el mismo con, o sin ocular, pues puede causar lesiones irreversibles en la visión, por ejemplo: la ceguera. No se debe mirar nunca el Sol sin una adecuada protección. Una décima de segundo de luz no filtrada puede producir una ceguera permanente, transmitan este mensaje de precaución a sus amigos observadores. Si tienen un filtro de sol para ocular, no lo utilicen. Estos filtros no deben usarse nunca para observaciones solares, pues no son seguros. 

  Hay toda una técnica para hacer observaciones solares, deben instruirse de ella muy meticulosamente, pues no imaginan la cantidad de casos de daño permanente en la vista, ocasionados por desconocimiento del peligro que esto implica.

  1. Para poder observar el Sol con un telescopio sin peligro, podemos hacerlo a través de proyecciones en pantallas de tela o pared.
  2. No exponer el instrumento a temperaturas extremas: -10°, + 50°, para preservar el sistema óptico.
  3. No cerrar herméticamente los tubos del Telescopio, para que no se formen hongos en las unidades ópticas. Después de haber hecho una observación a la intemperie, guardar, sin cubrir tubos y oculares, para que se evapore la humedad ambiente producida durante su exposición al sereno.  
  4. En caso de que se ensucien las superficies ópticas, no intentar limpiarlas. Si se deposita polvillo superficial, se puede eliminar sopleteando suavemente con aire comprimido, ejecutando ésta maniobra con una simple perilla de goma o de una aspiradora manual a baja velocidad de aspiración así como alejada de la superficie a aspirar, nunca acercar la boquilla o abertura del tubo aspirador a más de 30 cm de la superficie óptica.

Modo de observar para el aficionado que recién se inicia  

  Durante muchos siglos, el hombre ha estudiado el cielo, ese inmenso espectáculo que se despliega sobre nosotros. Pero, para conocerlo, tenemos que aprender y comprender las figuras, que se forman caprichosamente. Esas formas, son las constelaciones, su comprensión y conocimiento, diría que es imprescindible para el aficionado, como conocemos los números, o el abecedario. Una vez que hayamos estudiado éstas formas, al menos las más reconocibles o populares, podremos ubicarnos en el cielo, como quien conoce una red caminera para poder transitar.  
 
  En realidad, no es tan difícil, hay mitos y leyendas en todas las civilizaciones, que fueron dándole nombre a cada una de ellas, todas tienen su historia, esas historias nos ayudarán a relacionarlas y conocer su ubicación en el cielo. 

  Nos limitaremos a la bóveda celeste que podemos apreciar desde éstas latitudes, o sea, el cielo austral. 

  Para iniciarse en la observación, si la misma vamos a hacerla con telescopio, se recomienda seleccionar un cuerpo brillante como la Luna, una estrella importante, o planetas. Cuando ya hemos elegido el objeto, apuntamos el telescopio hacia el cielo y lo centramos en el buscador, una vez que lo "atrapamos", fijamos el telescopio, si tiene montura acimutal, con los dos movimientos que posee, el de altitud y el de acimut, a continuación ya podremos observar por el telescopio.

  En el caso que tengamos una montura ecuatorial, debemos ponerla en estación, y si no tenemos un apostamiento fijo para el mismo, deberemos tomarnos el trabajo de hacer la puesta en estación, cada vez que lo montemos para observar. La puesta en estación de una montura ecuatorial, es un tema que merece un tratamiento más extenso y minucioso.

  Una vez instalados, dispuestos ya a observar, seguramente, cuando apoyemos nuestro ojo en el ocular del telescopio, veremos el objeto en forma imperfecta (borroso, alargado, punteado etc.), ahí es donde debemos enfocar dicho objeto moviendo el porta ocular suavemente, girándolo y subiendo o bajando, hasta que quede en foco. La imagen se forma a una determinada altura de la base del porta ocular (donde se inserta el ocular), y, éste a su vez nos permite desenfocarla hacia abajo o adentro y hacia arriba o afuera, formándose una mancha de luz en ambos casos, cuanto más cerca estamos de la imagen, más chica y definida es ésta. Esto nos da la posibilidad de enfocar según las condiciones de nuestra vista, ya que no todos poseemos la misma capacidad visual. 

Los oculares y como usarlos 

  Todos siempre cuando comenzamos a observar con nuestro telescopio, queremos hacerlo con el ocular de mayor aumento que poseemos, pero deben tener en cuenta, que a mayores aumentos, mayores son las dificultades que se les presentarán para encontrar lo que buscan y poder mantener el objeto dentro del campo de visión. También recordemos, que a mayores aumentos, aumentan las distorsiones que provoca la turbulencia en la atmósfera de la tierra a través del telescopio.

Paciencia, la madre de la astronomía 

  Para poder apreciar las maravillas que están a nuestro alcance gracias al telescopio, deberán tener paciencia, a medida que acostumbren sus ojos, verán más y más objetos, los cuales llamarán su atención y desearán saber de qué se trata. Una buena opción, es tener una carta celeste a mano que esté dirigida especialmente en nuestro caso, al hemisferio sur, usen como guía las constelaciones que tendrán a la vista de acuerdo a la época del año en que hagan la observación, por ejemplo, a medida que nos adentremos en el verano, veremos al gigante Orión, será fácil ubicar esta constelación, pues en ella, nos encontraremos con las famosas Tres Marías. Estas estrellas, se encuentran ubicadas en el cinturón de Orión, que tampoco debemos olvidar, que desde el Hemisferio Sur, lo vemos cabeza abajo. 

  Es común en mayoría de los libros que se suelen consultar, ver las constelaciones como se aprecian desde el Hemisferio Norte. Lo que debemos hacer en este caso, es dar vuelta el mapa. No debemos olvidar esto cuando observemos, pues de otro modo, se nos hará difícil interpretar las figuras celestes. En cambio, aquellas constelaciones que son circumpolares (siempre hablando del Hemisferio Sur celeste), las apreciaremos tal cual las vemos en los mapas o cartas celestes.

Medir el cielo

  Cuando encontramos en un mapa o carta, referencias que nos indican que tal o cual día veremos por ejemplo, la Luna a 10 grados de la estrella Aldebarán (la estrella Alpha de la constelación de Taurus), nos preguntamos cómo obtener ésa distancia si no tenemos los medios adecuados, esto es sencillo y sumamente conocido desde siempre.

  Nuestras manos, son el mejor de los medios para hacer un cálculo rápido de distancia entre los objetos celestes que tenemos a la vista. El disco lunar, tiene medio grado (30′), tomaremos como referencia una mano normal término medio, con el brazo estirado delante de nuestros ojos, un dedo pulgar equivale a 2º, un puño cerrado 10º, una mano abierta 20º. Con estas medidas a cuestas, podemos resolver con facilidad datos con poco error cuando se trata de observaciones que no requieren de datos precisos.

 

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